El dolor en la zona cervical o cuello es una afección muy común entre la población ya que alrededor del 50% de la población sufre dolor de cuello a lo largo de su vida. Es más frecuente en mujeres que en hombres y en personas de 40-45 años de edad.
¿Qué factores pueden estar influyendo en tu dolor? Algunos de los factores que pueden predisponerte a padecer dolor son:
- Golpes, traumatismos.
- Bajo estado de animo
- Depresión
- Ansiedad
- Descanso pobre
- Tabaquismo
- Sedentarismo
- Malos hábitos de vida en general
- Vida laboral, estrés
- Creencias
Por lo tanto, aquí tienes algunas cosas que te recomendamos trabajar siempre que hay dolor. (Se dice rápido, pero sabemos que son las más difíciles y las que más nos frenan a la hora de recuperar una lesión).
Antes de explicarte cómo puede ayudarte la fisioterapia en este caso, voy a decirte dos cosas que probablemente no sepas:
- La intensidad de tu dolor de espalda/cuello no guarda relación con la gravedad de la lesión. Muchas veces cuando sentimos un dolor fuerte en el cuello, nos imaginamos nuestras vértebras rotas, inflamadas, nos imaginamos pinzamientos misteriosos que provocan todos nuestros males, hernias enormes, buscamos en internet y vemos fotografías que nos asustan aún más. Pues bien, el dolor de cuello puede deberse a múltiples factores y no tiene por qué ser síntoma de una lesión grave.
- No hay evidencia que nos permita afirmar que el dolor de cuello tiene su causa en una u otra postura. El problema es la falta de movimiento y no una postura concreta. Te propongo colocarte en la postura socialmente aceptada como correcta y mantenerla un tiempo sin moverte. Por muy perfecta que haya sido tu postura, estoy segura de que también empiezas a sentir dolor.
Una vez aclarado esto, te cuento cómo te ayudamos los fisioterapeutas en caso de dolor de cuello. Para empezar, siempre vamos a intentar descartar que haya causas graves que te estén provocando el dolor de cuello. Nos aseguraremos de que no hay síntomas neurológicos (pérdida de sensibilidad y fuerza en más de una zona, marcha alterada, pérdida de la función sexual, intestinal y/o urinaria), fiebre, pérdida de peso sin explicación, una caída de gran altura o accidente, etc. Una vez comprobemos que la historia del dolor puede ser de nuestra competencia, pasaremos a realizar una exploración. Comprobaremos los movimientos del cuello y palparemos zonas para ver si reproducimos o aumentamos tu dolor y hacernos una idea del cuadro general.
A continuación podremos utilizar tres tipos de tratamiento:
- Educación: Como siempre os digo, es muy importante lo que os decimos en la clínica. Más incluso que lo que hacemos. Os daremos consejos sobre cómo proceder con vuestro cuello, qué cosas os vienen mejor, cómo es importante evitar el reposo absoluto, cómo funciona tu dolor…
- Terapia manual: Trataremos manualmente en la clínica para reducir el dolor agudo y que puedas comenzar con el siguiente paso.
- Ejercicio: Es la parte del tratamiento que nos ayudará a largo plazo y evitará que estés con el mismo dolor de cuello una y otra vez. Podemos mandarte ejercicios específicos o simplemente aconsejarte que mejores tu estilo de vida haciéndola más activa. Según valoremos tus necesidades te recomendaremos qué es lo mejor. Muchas veces da igual cómo te muevas mientras te muevas, tu cuerpo se sentirá mucho mejor. Además, como he mencionado en ocasiones anteriores, el ejercicio es un potente analgésico por lo que siempre es beneficioso tenerlo como aliado.
Esperamos haber conseguido con este post romperte algunos mitos con respecto a tu dolor de cuello. ¡No dudes en dejar un comentario si tienes alguna pregunta!