El suelo pélvico es una de las estructuras más misteriosas del cuerpo para la población general. Cada vez se oyen más flautas sobre este tema pero cuesta saber de dónde viene el sonido.
Para entender lo que es debemos saber lo que es la pelvis y por qué necesita un suelo. La pelvis se encuentra en la parte inferior del tronco y es una cavidad. Está formada por diversos huesos que le dan forma de embudo que se estrecha hacia abajo. Estos huesos protegen estructuras importantes en su interior como la parte final del tubo digestivo, estructuras de la micción y estructuras sexuales-reproductivas.
Podemos imaginar la pelvis como un bote de kétchup de cristal rígido, que tiene estructuras (el propio kétchup) más blandas en su interior. Esa botella de cristal está boca abajo, por lo tanto, si no ponemos el tapón el kétchup descendería y saldría inevitablemente. Pues bien, esa tapa del bote de kétchup es el suelo pélvico: una serie de estructuras que conforman la base de la pelvis. Sobre él recae el peso de las vísceras que tiene encima (el kétchup) y de las presiones que se producen en el abdomen. Estos músculos son esenciales para la continencia urinaria y fecal, funcionan como sostén de las estructuras mencionadas anteriormente y participa en funciones tan básicas como la continencia, la defecación, la sexualidad y el parto en el caso de la mujer.
Una de las estructuras más importantes que forma este suelo pélvico es el músculo elevador del ano. Por lo tanto, las afectaciones en este área están directamente relacionadas con cómo esté este músculo. Y, como todos los músculos del cuerpo, el elevador del ano puede estar debilitado puede tener demasiado tono y pueden romperse o distenderse sus fibras.
La evidencia científica ha demostrado que, sin la información adecuada, muchas personas son incapaces de hacer una contracción voluntaria del suelo pélvico de manera consciente. Solemos observar contracciones de otros grupos musculares, necesidad de dejar de respirar o hacer una inspiración forzada para conseguir activar algo o incluso empuje. Una contracción correcta de esta región debe conseguir el cierre de la vagina, la uretra y el ano y además, una elevación de la zona perineal. Es decir, debemos ser capaces de utilizar el tapón de nuestra botella de kétchup no solo para evitar que baje y se salga sino para hacer que ese kétchup ascienda por la botella. Por lo tanto, el primer paso en el tratamiento de esta estructura será siempre realizar una toma de conciencia corporal para conseguir una contracción adecuada. Es uno de los aspectos de la rehabilitación que más tiempo requieren en consulta.
¿Cómo activarlo? Lo primero es saber dónde se ubica y qué función realiza. A continuación, en consulta probamos con diferentes órdenes y vemos cuál es la que más efecto consigue en cada caso. Ordenes como “aleja el suelo pélvico del asiento”, “intenta aguantar la orina a la vez que los gases”, “eleva los testículos (en caso de los hombres) o cierra la vagina (en el caso de la mujer)”, “imagina que tienes muchas ganas de defecar y no quieres que se te escape, qué haces?”… Colócate en una buena postura e intenta activar siguiendo cada una de las órdenes anteriores. Concéntrate en la estructura e imagínate poniéndole el tapón a ese bote de kétchup. ¿Lo consigues? ¿Te resulta sencillo? En nuestras redes sociales iremos publicando algún video para ayudarte a entenderlo mejor. Aun así, estaremos encantadas de ayudarte si tienes cualquier duda o consulta.